Después de la anterior idea, sobre la importancia de estudiar filosofía para hacer un país mejor, quiero seguir indagando sobre este punto y hacer unas líneas sobre la lógica. Fundamentalmente la aristotélica porque, como diría Whitehead de Platón, el resto son notas al pie de página.
Debo reconocer, como he dicho varias veces ya, que me fascina pensar que nadie ha conseguido batir la lógica aristotélica de la que Kant dijo esto. Repito, KANT:
«Que desde los tiempos más tempranos la lógica ha transitado por un camino seguro puede verse a partir del hecho de que desde la época de Aristóteles no ha dado un sólo paso atrás. […] Lo que es aún más notable acerca de la lógica es que hasta ahora tampoco ha podido dar un sólo paso hacia adelante, y por lo tanto parece a todas luces terminada y completa.»
Solo la montaña marrón de Russell osó, con cierto éxito, enfrentarse a este sistema con más de 2.000 años.
Visto así, ¿quién obtiene la verdad absoluta? Las ciencias exactas o la lógica filosófica. Que me perdonen los físicos en la sala pero aquí hay un ganador. La ciencia tiene esa función de ayuda, esa capacidad de hacer nuestra vida mejor y explicarnos cosas que iremos viendo en casi una misma generación que son mejorables y afinables. Sin embargo, ahí está Aristóteles esperando a que alguien le tosa y le complete.
Visto así, se entiende por qué un gobierno mediocre quiere quitar la verdad como tal y visto así se entiende por qué un mentiroso compulsivo prefiere que las cuestiones de peso sean de peso pero relativo, no un peso absoluto.
La lógica te permite, sin embargo, avanzar hacia la búsqueda de la verdad, del conocimiento, al esfuerzo, al razonamiento, a la disciplina, a tener derechos a la vez que tienes obligaciones, a no dar pasos en falso, a ser honrado.
Lejano a la vez que necesario.
Alejandro de León