Sobre aborto, eutanasia, prostitución y dedicado a los “enemigos de la realidad”

El otro día mi mujer, en una conversación con amigos, reclamó el mismo trato para el aborto que para la prostitución. Esto me motivó para exponer esta idea que prometo que no será tan controvertida como parece.

Lo primero que quiero decir es que no expondré si estoy de acuerdo con el aborto, con la eutanasia, o ni siquiera si estoy de acuerdo con el ejercicio de prostitución. Tampoco busco dar solución a estos temas. Esta idea trata sobre cómo me gustaría que los gobiernos actuaran en un entorno real, en el día a día, ante estos casos.

Existe una problemática en los gobiernos cuando se convierten, como indica mi admirado Escohotado, en “Enemigos de la realidad”. El otro día veía como Rufián criticaba que lideráramos el paro juvenil en Europa, sin embargo, pondría la mano en el fuego porque Rufián quiere subir el SMI (Salario Mínimo). Esto es un ejercicio de negación de la realidad porque todo el mundo entiende que si el SMI sube, la oportunidad para que se distingan los que menos experiencia tienen es menor. Todo el mundo lo entiende salvo el que niega la realidad y prefiere medir sus razonamientos por las intenciones en vez de medirlo por las consecuencias. Peligro.

Con los tres temas que encabezan el título de esta idea pasa algo parecido. Deseemos lo que deseemos, soñemos con lo que soñemos y prohíban lo que prohíban la gente seguirá abortando, la gente seguirá ejerciendo la eutanasia y habrá gente que ejerza la prostitución. Lo siento, quizá suena duro, pero más duro es que esto ocurra de manera ilegal, clandestina o bajo coacción. No va a ser España, ni la Comunidad de Madrid, ni la comunidad de vecinos de Soto del Real la que consiga acabar con esto. 

Así que aquí lanzo mi idea: Forcemos a los políticos a aceptar la realidad como es, dura y compleja; y a cambio les permitiremos protegernos de ella en la medida que se pueda. Para esta idea hace falta una sociedad madura que, antes que el político, acepte la complejidad del mundo.

Como los abortos y la eutanasia van a existir, preparemos a nuestro médicos con la mejor experiencia sobre el tema y, sobre todo, con la mejor tecnología.
Como la prostitución va a existir, dejemos que disfruten del mejor sistema social posible, que estén protegidas ante las inclemencias de su profesión y que el estado les ayude a ejercer su libertad en la medida de lo posible. ¿Qué puede hacer el Estado? Puede reducir en la medida de lo posible el tráfico ilegal, la figura del proxeneta, permitir la cotización en una pensión y la mejor salud posible. El estado puede regular dónde se ejerce y bajo qué condiciones, puede hacer que los pagos sean en A y no en B, puede hacer que quién la ejerce sea un ciudadano en regla y no un agujero del sistema.

Enlaces de interés

El ejemplo de Suiza: “Para ellas, evidentemente es mejor saber que aquí el trabajo sexual es legal y que se puede llamar a la policía en caso de problemas”.

SWI – Trabajadoras sexuales: ni víctimas, ni alborotadoras

Alejandro de León

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