Tras 5 años en la universidad haciendo, la mayoría del tiempo, el tonto, te plantas a los 25 años y al parecer lo que se valora y necesitas es un GMAT, un TOEFL o un CFA.
TOEFL: una prueba estandarizada de dominio del idioma inglés, específicamente orientada a hablantes no nativos de este idioma, según indica Wikipedia.
Preparar a un niño para ser un adulto y abrirse las oportunidades de su futuro es justamente esto. ¿A quién le puede perjudicar prepararse para el TOEFL?
GMAT: El Graduate Management Admission Test es un examen estandarizado en idioma inglés para medir la aptitud necesaria para cursar estudios de negocios de nivel graduado.
Se trata de un ejemplo menos evidente que el TOEFL ya que es solo para alumnos que quieran cursar cursos de negocios que, por cierto, cada día son más. Sin embargo, es un “curso” que estudia la lógica y la gramática desde un punto de vista interesantísimo. No está de más para nadie mejorar su GMAT.
Dos particularidades lo hacen importante:
- Tengo amigos cercanos que lo han pasado verdaderamente mal para sacar una nota aceptable, aún siendo excelentes profesionales.
- Las clases particulares de preparación son ridículamente caras. Si la educación pública o concertada echara una mano a quién lo necesita, seguro que más gente podría acceder a un MBA.
CFA: El Instituto CFA es una asociación global de profesionales en inversión. La organización ofrece las certificaciones y designaciones como Analista Financiero Certificado, el Certificado de Medición del Rendimiento de Inversiones; así como el Certificado de Inversión Claritas, según indica Wikipedia también.
Con esta idea quiero transmitir que la universidad de económicas, empresariales o casi cualquier universidad debería incluir estos prestigiosos certificados que tanto impacto pueden tener en el futuro de la carrera profesional de una persona.
Ofrecer estas tres alternativas aumenta exponencialmente las posibilidades de bajar el empleo juvenil y aumentar la riqueza de un país. De cajón.
Alejandro de León