Uso la palabra tradición por primera vez. Y aunque siempre apuesto por el progreso y la innovación, también creo que el progreso sin tradición es un sinsentido. Debes partir de algo para crear sobre la concordia y no sobre la discordia. Explicado esto, vamos a la idea.
Me da bastante envidia el sistema francés porque orbita sobre unas bases que vienen de tiempos de Napoleón. El resultado es que, por muchos errores que pueda tener nuestro vecino, el sistema educativo francés es mejor que el español según el informe PISA. Y no me quiero ir a la siempre admirada Finlandia o el supermoderno Japón, simplemente nuestro vecino lo hace mejor que nosotros y deberíamos dejarnos de tonterías e intentar un consenso. Esto evitará el sufrimiento del que menos tiene. Añadir que nuestro otro vecino Portugal también nos está pasando por la derecha.
En España se usa la educación como un arma arrojadiza para manipular, una inversión para ganar votos a futuro. No intentamos saber quién es Colón porque forma parte de nuestra historia, buscamos saber quién es Colón de forma que termine explicando si Colón era español o catalán, si era un héroe o un despiadado colonizador. Politizar la verdad no es buscar la verdad.
España, como indicó Bismarck, es un país queriendo destruirse desde sus inicios. Incluso en educación hemos conseguido que nuestros personajes históricos sean héroes o villanos. Pienso en el ejemplo de Hernán Cortés, del que sabemos poco pero siempre llego a Amancio Ortega, del que no sabemos nada. Cuando vi que había cuatro anormales criticando a Nadal pensé que no teníamos arreglo. Pero para terminar con una pequeña esperanza, decir que Bismarck también pensaba que aunque nos intentamos destruir constantemente, jamás lo conseguimos, y eso nos convierte en el país más fuerte que conocía.
Alejandro de León