Sobre mi admirado “cheque escolar” y mi modelo educativo ideal

En Suecia desde el año 90 te pagan (si estás en una situación de vulnerabilidad) un “cheque” para que puedas elegir en qué escuela estudiará tu hijo. 

Ahora que mi hijo tiene 2 años y empezamos a analizar el panorama le veo más sentido a esto. Si yo fuera quien “recibe” el cheque podría elegir entre diferentes estilos de colegio: Montessori, Waldorf o la novedosa bosque escuela, por lanzar tres ejemplos. Podría elegir si prefiero un cole que elija la excelencia o que elija la convivencia diversa. Podría elegir un cole francés, inglés o alemán y, finalmente, podría elegir un colegio cristiano, judío, musulmán o laico. Sinceramente, y sin ánimo de ofender, tener religión católica en un colegio del Estado por obligación no tiene sentido para mi. 

Pero, como dice mi amigo Miguel, el gobierno prefiere decirte cómo tienes que estudiar y, por extensión, dónde. Y, como dice Miguel muy acertadamente, si a un gobierno no le interesa la educación no le interesa nada.

¿Qué ventajas le veo al cheque?

  1. Las familias eligen el colegio que quieren para su hijo. Tan importante es tener un “pin parental” como un “pin estatal” o un “pin gubernamental”, no entiendo uno sin el otro. Debemos proteger a un pobre niño de que le gobierne Adolf Hitler pero también debemos protegerlo en el caso de que su padre sea Hitler. Aquel debate Vox/Podemos era estéril.
  2. Evitamos duplicar costes. Es decir, evitar lo que ocurre ahora y es que quien va a la escuela privada paga la privada y la pública. Habrá alguno que diga “que se jorobe, es rico, que pague impuestos”. Evidentemente es una tontería porque los impuestos no se suben solo a los ricos nunca, siento daros esta mala noticia (admítase esta broma).
  3. El colegio está incentivado a ser mejor para “atraer” más estudiantes y ganar más dinero para sus profes. 

Porque terminaré con una de Pero Grullo: cuanto mejor se pague a los profesores, mejor educación habrá, cuánto mejor educación haya, mejor se pagará a los profesores y etc., etc., etc.

Alejandro de León

Deja una respuesta