Mi querido amigo Carlos me regaló, por mi cumpleaños, “la tiranía del mérito” de Sandel que, en mi opinión, está bien escrito y razonablemente bien argumentado. Y, como bien sabe él, esta modalidad de las “Penguin Random House” de turno, de dar la oportunidad a profesores (vía generosos adelantos, sospecho) de hacer libros con 100 páginas de referencias al final de libro, me fascina.
Así que mi opinión sobre “la meritocracia” en general, la convertiré en esta idea.
¿Creo en la meritocracia? Diría que, ciertamente, creo que debo promocionar a empleados que lo hagan bien, que se “coman” el puesto, como dice mi mujer. ¿Por qué pagarles más y reconocerles el mérito? Sospecho que por varias razones resumidas en 3:
- Porque somos “humanos, demasiado humanos” como titula Nietzsche y conste que esa debilidad, me parece, es la que nos hace los reyes del planeta y nos permite haber domesticado al león de las cavernas.
- Por el miedo a la pérdida, la misma razón por la que tratamos a nuestra pareja mejor que a nuestra prima la del pueblo.
- Porque montar una empresa no es un juego de suma cero y si nos repartimos entre todos el botín, seguro que termina siendo más grande.
Criticar la tiranía del mérito está genial, pensar que vivimos en un mundo que puede mejorar está genial también. PERO igual de importante es saber que la meritocracia no es la receta total del éxito, como que nadie, por muy Trump que sea (muy usado el cadáver en el libro), cree 100% en la meritocracia; que nadie está en su palacio explotando a sus trabajadores mientras sus arcas crecen, NADIE, salvo al que se lo permite, con aquiescencia, un gobierno corrupto.
Además de esto, creo que hablar bien del mérito individual tiene sentido. Mi compañera de MICROWD Beatriz debía ganar de manera casi inmediata más dinero del que ganaba y así lo propusimos; creo que hablar de si es justo o injusto es FALAZ y dañino. ¿Es justo que ganemos 1.000 veces más dinero que Sócrates? ¿Es justo que Platón “el de la frente ancha” no hubiera conocido el Ibuprofeno? ¿Es justo que Epícteto fuera un esclavo? ¿Cómo es que Churchill perdió las elecciones después de salvar el mundo?
La justicia, como la analiza Sandel, tiene una mira muy corta porque el debate se acaba cuando el dice lo injusto que es, que en EEUU lleven 30 años con 36.000 USD la gente más pobre. Yo le podría preguntar si le parece justo o injusto que en Nicaragua gane la gente 2.400 USD al año. Y sigo ¿es justo que un español tenga Sanidad universal y los niños se mueran en el Mediterraneo a 15 kms del hospital? Pues lo de siempre, que el debate se debe al mundo, a si estamos mejor que antes, a cuál es la tendencia MUNDIAL y a que si el objetivo es proteger al débil, pido, por favor, que sea al débil en alta y baja California.
¿En qué prefiero creer? Prefiero creer en confiar a tope en el prójimo. Es decir, que el empleador crea que el empleado no viene a “hacerle la cama” ni le odia sin razón, y en creer que el empleador confía en que el empleado no le quiere explotar. Lo mismo con el vecino de la sociedad civil.
¡Ah! Y también creo que a la gente, hay que explicarle que por mucho que haya Sanidad, Educación y un sistema de Asistencia social impecable, la suerte seguirá existiendo y la mala suerte también.
Alejandro de León