A mi, y creo que a mucha más gente, me quema el déficit en España. No puede ser que por el hecho de ser español «debas» dinero al nacer. Y teniendo esto, nadie habla de reducir ayuda social para los desamparados, sino más bien de otras cosas mucho más superfluas.
Sin embargo, mi idea de hoy es que quizá se debería, de manera transnacional, penalizar el déficit…¡Y también el superávit!
La gente paga impuestos por dos cosas fundamentalmente, la primera es para que el Estado te proteja a ti y a tus seres queridos a través de, cito textualmente: “el monopolio de la violencia». La segunda razón es para que no solo te proteja a ti y los tuyos sino que además puede proteger al débil, es decir, a quiénes más lo necesitan. ¿Correcto? Si seguimos este razonamiento tan sencillo, tanto déficit como superávit fallan protegiéndonos y deben ser penalizados.
Mis razones son estas:
DÉFICIT. Resumiendo, quiere decir que el Estado ha gastado, sin nuestro consentimiento, dinero que no tenía y se ha endeudado. Endeudarte significa que en el futuro tendremos menos para proteger a nuestros hijos o nietos. ¿Es justo que un ciudadano herede deuda? Claramente, no, y menos cuando no es una deuda consensuada con los ciudadanos.
SUPERÁVIT. Resumo, otra vez, es cuando un estado genera excedente y no tiene deuda, al menos, en el corto plazo. ¿Por qué el Estado puede permitir esto dejando fuera la posibilidad de que el pobre gane más, el enfermo se cure o se invierta en prevención? Si, por las razones que sea, el Estado tiene superávit deberían luchar inmediatamente por ayudar al desamparado, por unos mejores salarios, por no vender y tener una moneda devaluada o por condiciones leoninas para los trabajadores. Y con esto, por supuesto, no hablo de dar subvenciones, que al final son dar muletas a quién rompiste las piernas. Me refiero, por ejemplo, a generar un impuesto negativo para las rentas bajas a futuro o, insisto, mejorar la ayuda social del desamparado.
Por supuesto, con esta idea no propongo que los presupuestos siempre sean exactos, ni que ocasionen una penalidad inmediata, sino más bien que esos que creen que el ser humano puede ser gobernado, no se dediquen ni a endeudarnos sin nuestra opinión, ni tampoco a ganar más de lo que queremos que “gane”.
Alejandro de León