Sin ánimo de politizar esta idea más de la cuenta, expondré el ejemplo de cómo, en mi opinión, la ley de “solo sí es sí” puede tener un aprendizaje.
Esta ley es un disparate, creo que estamos (casi) todos de acuerdo pero, sin embargo, para mi la catástrofe es que la Ministra no quiera rectificar ante una realidad tan evidente. No entiendo que no cambie de idea, después de la primera salida a la calle de un violador. Es como si su ley, que ni siquiera leyó o comprendió (a los hechos me remito) le resonara en su conciencia como una ley universal kantiana, inmejorable por definición y sin necesidad, por tanto, de revisarse nunca. Éste es el drama, y no quiero hablar de esa Ministra en cuestión, en esta idea; una mujer sin bagaje, que un día los pactos la llevaron allí, me refiero más a no entender que una ley es falible como los hombres que la escribieron lo son, al mismo nivel.
Y si los hombres son falibles y las leyes, por tanto, también. ¿Cómo pueden estar tan cegados por la ideología y no gobernar de una manera teleológica? Es decir, en base a las consecuencias y no en base a las intenciones. La gente no regula con maldad en general. Sí podría ser por interés propio, el bucle poltrona-voto-poltrona-voto, pero no por maldad como tal. Ahora bien, una vez que has “gobernado” mal, ¿no va en el sueldo analizar las consecuencias y corregir el error?
Voy a decir algo inocente, porque creo que puede ir por ahí la cosa. Sospecho que esta gente no entiende lo de, “el sueldo te lo pago yo”, que es una frase arrogante a la vez que cierta y que aplica a cualquier funcionario, en general, también. Cuando yo voy a rellenar un 036 del demonio o similar, soy el cliente de ese funcionario en cuestión, ¿no? Lo pregunto porque el 90% de las veces no me tratan así.
Quizá por ahí, o por algún lado, debería comenzar a entender que todo el trabajo del funcionario está concebido para que los ciudadanos, al final, tengamos una mejor vida a cambio de esa protección, vía el-monopolio-de-la-violencia de Weber.
PD: los 036 parecen, en ocasiones, quitar años de vida más que darlos.
Alejandro de León