La famosa frase «conócete a ti mismo» (γνῶθι σεαυτόν, «gnōthi seautón») probablemente sea la expresión donde comienza todo.
Hoy no tengo el reto en una palabra, más bien, es una expresión pero cuando hablamos de conceptos griegos, esto no puede faltar.
Después de 25 siglos de actividad filosófica, hay unos que se centran más en el espíritu, otros en la experiencia y otros en el lenguaje pero realmente todo para comenzar en eso que Kant mencionaba tan magistralmente como “la ley moral que hay en mi”.
Su origen se remonta a inscripciones en el Templo de Apolo en Delfos, donde se leía como un lema sagrado. No se sabe de dónde viene la frase, sin embargo, son Tales y Platón (siempre en diálogos socráticos) los que la han “traído” al momento presente.
Uno de los primeros en mencionarla fue Tales de Mileto, uno de los Siete Sabios de Grecia en el siglo VI a.C. Se le atribuye la idea de que la sabiduría comienza con el autoconocimiento. Posteriormente, Sócrates, el famoso filósofo del siglo V a.C., enfatizó la importancia de conocerse a uno mismo en su filosofía. Aunque fue ágrafo, su discípulo Platón mencionó esta frase en sus diálogos.
«Conócete a ti mismo» se encuentra enraizada en la antigua cultura griega, atribuyéndose su énfasis en el autoconocimiento tanto a Tales de Mileto como a la filosofía socrática, especialmente a través de los escritos de Platón.