La Mesotés, o «término medio», es un principio ético que sostiene que la virtud moral se encuentra en el equilibrio entre dos extremos, evitando tanto el exceso como la deficiencia en nuestras acciones y actitudes. ¡Qué horror, no haber evolucionado más en este sentido! ¿Estaremos más polarizados que la gente de hace 2.300 años?
Aristóteles sostenía que las virtudes morales son un componente crucial para llevar una vida ética y alcanzar la mencionada ya, eudaimonia, que puede traducirse como «bienestar» o felicidad basada en libertad. La Mesotés es el camino hacia la eudaimonia, ya que busca el equilibrio en todas las áreas de la vida. A través de sus escritos, Aristóteles ilustró cómo la Mesotés se aplica a una amplia gama de virtudes, desde la valentía (avanzada por Platón, Sócrates, en su Laques magistralmente) hasta la generosidad y la moderación.
Tomemos, por ejemplo, el concepto de valentía. En este contexto, el exceso se manifiesta como temeridad, mientras que la deficiencia se traduce en cobardía. La valentía, según Aristóteles y Sócrates, se encuentra en el término medio entre estos dos extremos. Una persona valiente no actúa de manera imprudente ni se arriesga innecesariamente, pero tampoco se acobarda en situaciones en las que es necesario enfrentar el peligro con determinación. Este equilibrio entre el exceso y la deficiencia es lo que constituye la virtud de la valentía.
La Mesotés se puede aplicar a una variedad de situaciones y virtudes. En el caso de la generosidad, por ejemplo, el exceso sería la extravagancia y la deficiencia sería la avaricia. La generosidad se encuentra en el punto medio, donde una persona comparte sus recursos de manera adecuada, sin gastar excesivamente ni retenerlos egoístamente.
La moderación, otra virtud importante para Aristóteles, se encuentra en el término medio entre el exceso y la deficiencia en el placer y el deseo. La sobriedad es la virtud que impide el exceso en el placer, mientras que la insensibilidad es el vicio que restringe en exceso el disfrute de la vida. La moderación, por otro lado, implica disfrutar de las cosas placenteras de la vida de manera equilibrada y sin caer en excesos que puedan llevar a la autodestrucción.
Aristóteles también aplicó el concepto de Mesotés a la amistad. En este caso, el exceso se manifiesta como adulación y el defecto como enemistad. La amistad, según Aristóteles, se encuentra en el punto medio, donde se establecen relaciones basadas en la reciprocidad, el afecto genuino y el apoyo mutuo. El concepto de “amigo de excelencia” forma parte de algunas de mis páginas favoritas en la historia de la filosofía.